Opinión

El fin de la edición en papel de El Observador de Aconcagua

“Sin periodismo, la sociedad democrática está a la deriva… sin periodismo, las consecuencias son letales para la sociedad y la democracia”… así reflexionaba el periodista argentino Ricardo Trotti a mediados de este año, tras participar en una conferencia sobre medios de comunicación en Miami.

Al enterarme ayer viernes en la mañana del término de la edición en papel del diario El Observador de Aconcagua, las frases del periodista Ricardo Trotti se llenan de sentido, más aún cuando durante este 2018, hemos sido testigos del cierre de importantes medios de comunicación nacionales como revista Qué Pasa, revista Paula, la fusión de diario Pulso con La Tercera y la externalización de los servicios de producción de Canal 13 a la empresa española Secuoya.

Este fenómeno experimentado a nivel nacional, lamentablemente tiene también su realidad local, donde el cierre de medios de comunicación como diario El Observador de Aconcagua, representa el término de uno de los espacios con el que contaba la comunidad para intercambiar puntos de vistas, opiniones y realidades, donde además ellos se reconocían y reencontraban, tanto entre sus pares, como también con sus autoridades. Lamentablemente el término de la edición impresa de diario El Observador de Aconcagua, significa el término de un espacio de expresión de la comunidad, más que para la comunidad.

Durante catorce años todas las comunas de la provincia de Los Andes y San Felipe tuvieron su representación a través de notas redactadas en su mayoría por jóvenes periodistas, quienes tomaban contacto con juntas de vecinos, asociaciones comunitarias, dando a conocer el trabajo que por muchos años permaneció anónimo y que realizaban para sacar adelante a sus comunidades.

También durante ese tiempo la democracia de la zona se fortaleció a través de la acción de un periodismo informativo e interpretativo, que permitía a la comunidad hacerse de una opinión a partir de la acción u omisión de sus autoridades locales. Más que encontrar un espacio en el que constantemente se aplaudieran las acciones de las autoridades, con justa razón muchas veces estas acciones eran analizadas y cuestionadas, fortaleciendo y transparentando así la acción de instituciones y empresas públicas.

Espero que la lamentable suerte que corrió este medio de comunicación no la tengan que enfrentar otros medios locales del Valle de Aconcagua, quienes día a día cumplen un importante rol social y de fortalecimiento de la democracia.

Por estas razones y principalmente por quienes hoy quedan sin su fuente laboral, lamento el cierre de la edición en papel de este medio de comunicación y espero que su versión on line, mantenga el espíritu de El Observador de Aconcagua, que por más de quince años “se atrevió y lo dijo todo”.

 

 

Nelson Venegas Salazar

Alcalde de Calle Larga

Presidente Asociación de Municipalidades

Región de Aconcagua

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